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El Palacio de la Aljaferia

Al-Muqtadir, rey de la Taifa de Zaragoza 

¡Oh Palacio de la Alegría!, ¡Oh Salón Dorado!
Gracias a vosotros llegué al colmo de mis deseos.

Y aunque en mi reino no tuviera otra cosa,
para mí sois todo lo que pudiera anhelar.


Cuando uno ve tus murallas,
¡oh, Palacio de la Alegría!
uno cree estar más al sur,
y en representación de la taifa de Zaragoza

se abren sus puertas,

dejando entrar en su patio con fuentes 
y naranjos,

escuchando de lejos 

las voces de Al-Muqtadir,
acompañándome,
al Oratorio,

hacia la torre del Trovador,

y al Salón Dorado,
donde hay inscripciones 
en latín hechas en honor al prudente rey Fernando de Aragón,
y a la grandeza de la reina Isabel de Castilla

Palacio, abre tus pasadizos 

y déjame soñar 
en tus lechos 
nacarados 
y admirar 
la plenitud de tu arte mudéjar 
en tus habitaciones 
restauradas.

Oasis 

en un desierto 
de edificios como cajas de cartón.

¡Dame tu mano y recorramos 

juntos esta
tarde 
con olor a azahar 
en una latitud más al norte 
que Córdoba o Granada! 

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